El 28 de julio de 2003 leía un informe en CNN que revelaba que los jóvenes estadounidenses pasan más tiempo navegando por Internet que en frente a una pantalla de televisión. Estos datos no me sorprendieron. A diario somos testigos de cómo Internet se va instaurando en todos los ámbitos, transformando la forma en que nos comunicamos, aprendemos, nos divertimos, trabajamos y hacemos los negocios. Lo más interesante del informe fue la evidencia cuantitativa de que aún después del "fenómeno de las .com" o de la "burbuja de Internet", el uso de Internet siguió creciendo a un ritmo acelerado y en ocho años logró una audiencia que a la televisión le llevó más de cincuenta.
La mal llamada "burbuja de Internet" y las posibilidades reales de comunicación e integración que brinda Internet demostraron ser temas totalmente independientes; el primero, un error de brokers y calificadoras de riesgo, el segundo, una oportunidad de negocio que aún sigue creciendo. Hay que decidir si quedarse con la excusa del primero o aprovechar la oportunidad del segundo .
Y bajo esta realidad subyace un desafío para las empresas uruguayas, definir que posición estratégica van a adoptar con respecto al uso de Internet y sus tecnologías en sus negocios, y que acciones tomarán para articularlas en el nuevo marco de competencia y oportunidades global.
Sin embargo, nuestro trabajo con clientes en Talleres de Pensamiento Estratégico reveló que en Uruguay existe un "divorcio" entre los empresarios y la tecnología. Una "falta de conocimiento" de quienes definen el rumbo de las organizaciones, que frecuentemente les dificulta visualizar los beneficios de aplicación de la tecnología, y por lo tanto, su consideración en las definiciones estratégicas. La capacitación y actualización de sus ejecutivos debe ser una de las acciones inmediatas por parte de las organizaciones. Incorporar estas herramientas en el pensamiento estratégico de la empresas permitirá planificar un desarrollo tecnológico alineado con los objetivos del negocio y disfrutar así sus beneficios.
Si bien muchas descripciones del futuro de Internet se expresan en término de ancho de banda, nosotros percibimos a Internet como algo más que redes de alta velocidad, nos concentramos en "que puede hacer usted con Internet" más que en "que puede hacer Internet". En este enfoque, el futuro de Internet está asociado a la existencia de aplicaciones y no se expresa en términos de ancho de banda. Así como la infraestructura vial es fundamental para el desarrollo de un país, claramente no definen el futuro del mismo, se necesitan camiones, mercancías que transportar, empresas que la produzcan, consumidores y empresarios que la considere en sus estrategias.
Con Internet pasa lo mismo. Es un viabilizador tecnológico sobre el cual es necesario desarrollar aplicaciones para aprovechen su potencial, aplicaciones que involucran la tecnología, pero que también requieren estrategia y transformación de procesos Este es la manifestación visible del e-business, el desarrollo de estas aplicaciones que se integran y potencian al negocio de las compañías.
En Uruguay ya estamos usando estas aplicaciones, principalmente de empresas de otros países. La pregunta es que van a hacer las empresas uruguayas para reaccionar frente a este hecho.
Por Gustavo Gretter